Descansar es, pues, coger impulso para seguir adelante. Por esa razón nos tomamos unos días de vacaciones, para que todos –ustedes y yo- descansemos donde podamos o queramos y nos olvidemos momentáneamente de las tribulaciones que nos impone nuestro actual estilo de vida, que consiste en vivir para trabajar. Descansar es, de alguna manera, transformar momentáneamente ese modo de vida por el de vivir –relajado- para disfrutar sin trabajar y en compañía de los seres queridos.
No serán muchos días, solo los suficientes para desconectar y soñar con utopías de mundos felices y pacíficos. Porque de ilusión también se vive, aunque sea fugazmente. Como las vacaciones. ¡Que tengáis buen descanso!
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