lunes, 27 de diciembre de 2021
La lluvia
La lluvia bendijo esta tierra, estos lares a los que la
sequía amenaza cada vez más rápido con hacernos pasar sed, agotar manantiales y
volver árido el campo. Justo cuando empezábamos a preocuparnos por el descenso
de los embalses y los avisos de restricciones en el consumo de agua volvían a
prepararse, la lluvia hizo su aparición, cubriendo el cielo de nubarrones que
durante una semana regaron con generosidad esta parte del país, precisamente la
más necesitada de agua. Los barrancos que habían olvidado para lo que servían,
se transformaron de súbito en torrenteras por donde se precipitaba el agua que
la tierra ya no podía absorber y devolvía a los arroyos y ríos. Se anegaron
riberas y el verdor recubrió la piel chamuscada del paisaje. Era la lluvia, esa
bendita lluvia que vuelve a librarnos de males mayores, a limpiar el aire de nuestros
venenos y a alegrarnos la vista y el alma con su presencia y sonido en la
naturaleza. Gracias, lluvia. Bendita seas.
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