Y como cada año, fiel a mis debilidades, tan influyentes o más que mis fortalezas, vuelvo a rememorar y recomendar la manera más grata de celebrar este mes icónico del cambio de ciclo, sino con música, esos sonidos armónicos que estimulan estados de ánimo que nos permiten apreciar la nívea belleza de la estación que ahora comienza. Diciembre, para mí, siempre se acompaña de las notas musicales de George Winston, de esa melodía que invita al recogimiento y la reflexión, y al recuerdo nostálgico de aquellos momentos felices que nos ha proporcionado la vida a lo largo, precisamente, del tiempo. Por eso, soy incapaz de desligar sentimentalmente diciembre de December, sin que la emoción que me despierta esta fecha no haga germinar la que me provoca esta pieza de piano, fundiéndose ambas en un único estremecimiento. Siéntanlo.
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