sábado, 15 de octubre de 2022
Lo que hay detrás de los símbolos
Los símbolos, a veces, nos deslumbran. Nos arrancan emociones.
La Jefatura de Estado de España es sólo el símbolo del poder ilusorio de una
imagen, como cualquier bandera que ondea en el balcón de una institución. Los símbolos
sólo sirven para visualizar el atributo que el que los contempla les asigna al dotarles
de un significado que no les es inherente. Y eso se comprueba mirándolos desde
detrás de ellos. Entonces vemos con nitidez el artificio de un objeto decorativo
y completamente innecesario. Como estas banderas que cuelgan en sus mástiles al
otro lado de la ventana de un edificio singular de Sevilla. Más allá de las
telas que cuelgan al viento sobre los muros solemnes de un monumento está la
realidad. Detrás de los símbolos no hay nada, pero delante de ellos se yerguen
indiferentes los edificios de una ciudad en la que se afanan cada día por salir
adelante los ciudadanos que la habitan. Delante está la vida, detrás la nada.
Una vida que no precisa de símbolos o representaciones para ser contemplada, ni
siquiera para ser entendida. La vida se vive sin más, los símbolos se valen de
la emoción para transmitir un significado del que carecen. Ni un rey gobierna
ni una bandera es la patria. Pero la vida, sin ceremonias ni adornos, es lo que
de verdad nos une e identifica. Lo que vemos más allá de unos símbolos vacíos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog admite y agradece los comentarios de los lectores, pero serán sometidos a moderación para evitar insultos, palabras soeces y falta de respeto. Gracias.