lunes, 26 de diciembre de 2022

Inauguro y reanudo

He de reconocer una evidencia. Prometí hace meses que dejaba de escribir mis opiniones de manera periódica por sentir que ya lo había dicho todo acerca de todo, puesto que lo que ocurre es vulgar repetición de lo sucedido en otras ocasiones. Y parecía que me repetía cuando hablaba de los que sufren, de las injusticias, del machismo, del capitalismo salvaje, de los estereotipos sociales, de las imposiciones de las élites clasistas, de los abusos empresariales, de los múltiples adoctrinamientos que se ejercen sobre los ciudadanos, de las libertades y los derechos cercenados, de los destrozos al planeta, de las tutelas religiosas, de la mercantilización del arte y la cultura, del negocio espectacular del ocio, de guerras, del hambre, de la política. He hablado prácticamente de todo y pensaba que no tenía nada nuevo que decir.

 Pero resulta que no. Que nunca me había ido definitivamente ni dejado de plasmar por escrito mis observaciones y emociones. De hecho lo que hice fue cerrar un blog y abrir otro, asegurando que sólo acogería entradas insustanciales, sin orden ni concierto y, desde luego, sin ninguna pretensión periodística. Y he aquí que no es cierto. Con menos asiduidad, he seguido volcando mi parecer esporádicamente cuando me ha parecido oportuno. Y debo reconocerlo. No me fui del todo. Es evidente.

Así que, aprovechando que cumplo edad, quiero confesar que inauguro la provecta edad de los septuagenarios y reanudo mis columnas de opinión en las cabeceras de Andalucía Digital, columnas que se nutren de lo que exponga en esta bitácora tan crepuscular como mi manera de mirar a mi alrededor. Incumplo, pues, aquella promesa de jubilarme del periodismo. Pido perdón. Parte de culpa por mi incumplimiento la tiene un amigo que me sobrevalora. Pero también mi familia, y yo mismo, por supuesto. Todos esperábamos un retorno que no se ha hecho esperar. Debilidades humanas.

2023 será, por tanto, un año de inauguración vital y reanudación profesional para mí. Y de renovado tormento para los pacientes lectores que se castigan con seguirme. Muchos de ellos, en su masoquismo, seguro que se alegran. Otros, en mayor número acaso, se disgustarán de tener que volver a disentir de mis opiniones y puntos de vista. Unos y otros constituyen el veneno que corre por las venas de cualquier escritor y que le insta a no dejar ningún papel en blanco con sus chorradas mentales.

Así que inauguro década y reanudo una actividad que jamás había dejado de lado completamente. Mirada crepuscular alojará el fruto de esa actividad, como anteriormente lo hacía Lienzo de Babel, inactivo pero en cuya página de Facebook se vuelca lo publicado en este blog. Quedan avisados. Y gracias por su generosa atención. Intentaré no volver a defraudarles.      

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Este blog admite y agradece los comentarios de los lectores, pero serán sometidos a moderación para evitar insultos, palabras soeces y falta de respeto. Gracias.