Cerca de 3.000 personas murieron, y decenas de miles de
heridos, en el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono de
Washington. Las dos torres acabaron derrumbándose, con sus inquilinos dentro,
por efecto del golpe y los incendios, y un boquete inmenso dejó constancia del
impacto del avión en un lateral del Pentágono, Un cuarto avión, al que sus
pasajeros impidieron heroicamente lograr su objetivo, se precipitó contra el
terreno sin llegar a estrellarse contra el Capitolio. Al Qaeda perpetraba, así,
el mayor y más sangriento atentado en un país occidental, lo que supuso el inicio
de una batalla sin cuartel contra sus miembros y la liquidación en Afganistán,
por fuerzas especiales de EE UU, de su líder más carismático, el saudí Osama Bin
Laden. Transcurridos 20 años, el mundo es más inseguro, vive con miedo de
nuevos atentados del extremismo islámico, como los acaecidos en Niza, París o
Londres, y las libertades quedan supeditadas a criterios de seguridad y
vigilancia.
sábado, 11 de septiembre de 2021
Vulnerables
Un día como hoy, de hace 20 años, el primer mundo, el
Occidente más desarrollado que lidera Estados Unidos de América (EE UU), sufrió
un ataque terrorista de magnitudes dantescas, haciendo estrellar tres aviones civiles
llenos de pasajeros, secuestrados por asesinos kamikazes, contra edificios
simbólicos del poder económico y militar de la primera potencia mundial. Desde
ese día tomamos consciencia de que el mundo era limitado, no tenía fronteras y era
vulnerable al fanatismo de lunáticos que declaran la guerra a nuestro estilo de
vida y nuestros valores.
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