Deja la felicidad, en su sentido de compras, comilonas y
reuniones, para mejor ocasión. Valora que estás sano, cuidándote y siendo
precavido, para que años venideros puedas celebrar estas fiestas, si te
apetece, como manda la tradición y el consumo. Haz un paréntesis con estos
convencionalismos y prioriza, antes que las fiestas, tu vida y la de los tuyos.
Por eso este año te deseo, mejor que felicidad, salud. Y que la disfrutes.
¡Saludables fiestas!
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