Los 65 años que esta mujer carga sobre sus espaldas no le apagan
el brillo de sus ojos ni el afán desinteresado por los suyos, por su familia.
Tampoco le restan belleza ni la honestidad que siempre la han caracterizado. Ahora
comienza una nueva etapa en la que recoge los frutos de su bondad y sacrificios,
en la que el descanso de sobra merecido debería calmar su ímpetu y dedicación
infatigable como esposa, madre y abuela. Una etapa que aparece justamente cuando todos hemos aprendido a valorar, porque nos los han impedido, que los abrazos, besos
y afectos realmente indispensables son los que intercambiamos con los seres más
cercanos y queridos, con nuestra familia.
Hoy, pues, es un día que la llenará de orgullo y
satisfacción por las muestras de cariño que recibirá de cuantos aprecian su
calidad humana y su honestidad personal. Nada en el mundo podrá arrebatarle la
emoción que hará que resbalen lágrimas por sus mejillas por el afecto sincero que
le mostrarán quienes más le importan, los miembros de su querida familia. Hoy,
27 de enero, celebra unos hermosos 65 años de edad, pletóricos de felicidad, la
mujer de mi vida. Nos ha dado tanto que sólo puedo corresponderle con nuestra gratitud y esta declaración
de amor. ¡Feliz cumpleaños!
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